Las reacciones al controvertido proyecto de ley se oyeron principalmente en París, donde cientos de turcos y armenios se manifestaron en contra y a favor de la propuesta, respectivamente. El gobierno turco ha protestado con vehemencia a la decisión francesa. Pero los ecos de la discusión llegaron a Uruguay.
El país sudamericano es uno de los principales destinos de la diáspora armenia en Latinoamérica.
“Hemos seguido muy de cerca el episodio a través de nuestros contactos con la comunidad armenia francesa”, aseguró a BBC Mundo desde Montevideo Federico Waneskahian, del Consejo Causa Armenia de Uruguay, refiriéndose a la discusión histórica en torno a la matanza de cientos de miles de armenios de mano del imperio otomano a comienzos del siglo XX.
Cuando la mayoría de las naciones occidentales no se pronunciaban sobre el hecho, Uruguay sentaba un precedente y condenaba el episodio en una resolución de su asamblea fechada en 1965.
“En este año de 1965 se cumplen los 50 años de uno de los genocidios más terribles que ha conocido la historia. En tierras del cercano oriente, en lo que era el viejo y ya decadente Imperio Otomano, se cometió con terrible frialdad el peregrinaje hacia la muerte del pueblo armenio, cuya construcción había determinado previamente un núcleo tan joven como despiadado de políticos.”
Así comienza el texto de la Resolución de la Asamblea General de Uruguay del 22 de abril de 1965 clic (léalo aquí), en lo que constituye el primer reconocimiento público de un gobierno al llamado genocidio armenio.
Más adelante el texto asegura que “un pueblo entero fue condenado a morir. Se pretendió desechar en un país a una minoría, que era entonces de más de un millón de personas, y se quiso hacer mediante el proceso de aniquilar físicamente a todos sus integrantes.”
Cincuenta años después de que los primeros armenios comenzasen a ser deportados del Imperio Otomano y 20 años antes de que ningún otro gobierno reconociese oficialmente el episodio, Uruguay ya había tomado ese paso.
“Fue la modalidad que se encontró, el marco legal para establecer un reconocimiento legal del evento” comenta Federico Waneskahian.
Según él, son varios los factores que provocaron que se diera esa situación.
“Fueron necesarios 50 años de duelo para que una segunda generación de armenios estuviese preparada para hablar de un episodio tan doloroso”, añade Waneskahian, quien también asegura que el momento internacional era favorable.
En 1965 se produjeron varias manifestaciones en países donde la diáspora armenia era importante, todas como reacción a la manifestación de miles de personas que tuvo lugar en la capital de la entonces república soviética de Armenia, y en la que se exigía el reconocimiento por parte de la Unión Soviética del genocidio.
Federico Waneskahian, del Consejo Causa Armenia de Uruguay
Pero tuvieron que pasar décadas hasta que otros países iniciasen el proceso de reconocimiento ya iniciado en la nación sudamericana. “¿Por qué Uruguay? Porque en ese entonces el país ya gozaba de una tradición democrática arraigada, porque la sociedad civil tenía espacios de discusión y para presentar propuestas y porque los legisladores supieron escuchar a una generación que ya estaba preparada para enfrentarse a su pasado”, afirma Waneskahian.
Cada 24 de abril Uruguay recuerda el día en el que la elite armenia fue arrestada, y que marcó el inicio de un episodio que dejó un millón y medio de muertos.
Desde el 2000, además, la cámara de diputados recuerda el genocidio en un acto oficial, y el año pasado el presidente uruguayo, José Mújica, participó en los eventos que se celebran cada año en la plaza Armenia de Montevideo.
A pesar de que su número no es especialmente alto (se estima que hay unos 20.000 armenios en Uruguay, comparados con los más de 130.000 de Argentina o los 40.000 de Brasil), el peso de esta comunidad en la vida pública es considerable.
“El 24 de abril no pasa desapercibido en la vida pública uruguaya”, señala Waneskahian.
El Consejo Causa Armenia declaró en un comunicado que considera “un gran avance en la defensa de los derechos humanos la aprobación por parte de Francia del proyecto de ley que castiga la negación del genocidio armenio, a pesar de las fuertes presiones ejercidas por el estado turco”.
El senado francés votó 127 a 86 a favor de la legislación, que, de ser firmada por el presidente, podría penalizar hasta con un año de cárcel y US$ 58.000 a aquellos que nieguen los dos genocidios que reconoce Francia: el Holocausto y el asesinato de más de un millón de armenios llevado a cabo por el imperio Otomano entre 1914 y 1916.
La propuesta de ley se ha encontrado con una enorme reacción de Turquía, que no reconoce los hechos como genocidio e incluso penaliza la afirmación de que hubo uno, ya que lo considera un insulto contra la identidad turca.
Pero los más de 400.000 armenios residentes en Francia no piensan lo mismo, y expertos creen que Sarkozy tuvo en cuenta sus votos de cara a las elecciones presidenciales que se celebrarán en el país galo este año.
En 2006 Turquía condenó la presentación del proyecto de ley, que al final no fue aprobado entonces, pero en diciembre del año pasado miembros del partido en el gobierno la revivieron y, tras ser aprobada en el Senado, necesita sólo la firma del presidente para convertirse en ley.