¿Existe la clase media en América Latina?

Con más poder adquisitivo, pero todavía carentes de garantías sociales, los estratos medios aumentan en Latinoamérica y se espera que se consoliden gracias al crecimiento que se augura para la región.

 

Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) destaca que el 42% de la población de la región pertenece a sectores medios por sus ingresos. Sin embargo, aunque este grupo ha visto aumentada su calidad de vida y acceso a los bienes de consumo, no ha registrado cambios en materia de seguridad social, imprescindible para poder hablar propiamente de clase media.

Christian Daude, economista del departamento para América Latina y el Caribe de la OCDE, explica que “lo que surgen son nuevas demandas por parte de esta población que deja de ser pobre y ahora tiene nuevas aspiraciones que requieren más educación y salud. Es decir, otro tipo de bienes y servicios, más allá de los de consumo, que en general debe proveer el Estado”. Precisamente la falta de un Estado de Bienestar en Latinoamérica hace vulnerable a este sector emergente. Desde la OCDE advierten que “cualquier impacto sobre el mercado de trabajo o la salud de estas personas puede devolverles a su situación de pobreza”.

México, Chile, Perú y, recientemente Brasil, son los países que más han experimentado un aumento de su clase media. “Brasil es el caso más claro, donde hemos visto un crecimiento muy fuerte, por lo menos hasta el año pasado, sostenido en una demanda interna muy dinámica de una clase media que por primera vez tenía acceso al crédito, por primera vez se compraba una heladera, un primer auto, etcétera. Desde ese punto de vista, esta clase media puede ser motor de crecimiento pidiendo y demandando más bienes de consumo, y teniendo una capacidad de ahorro interesante también, que antes no existía para los hogares más pobres”, señala Daude.
Desde la CEPAL insisten en que “la clase media es la bisagra entre los que tienen y no tienen y por eso es un actor fundamental para iniciar el salto productivo; es decir, para que la sociedad latinoamericana sea más competitiva, más diversificada en cuanto a esa estructura productiva, y no sean mera productora de materias primas”.

Además, un tercer cambio fundamental del que la clase media debiera ser actor es, según Hopenhayn, “la transición hacia una sociedad del conocimiento, con usos intensivos de las tecnologías de información y comunicación, que estarían en la base de la convivencia ampliada de la vida cotidiana y de la transmisión del saber”.

El crecimiento del 3.3% que está previsto para la región en 2012 debe venir acompañado de unas reformas estructurales y unos derechos sociales promovidos por esta clase media, para así terminar de consolidar a este sector y al desarrollo integral de la región. (Marta Garrido y Mara Landa)

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