Dia Internacional de la Juventud: Impulsamos una nueva mirada

La realidad en Latinoamérica y Bolivia nos muestra un movimiento juvenil vivo, pensante, promovedor de la cohesión social, el desarrollo y de la visión de un futuro deseado.

 

 

 

 

Los jóvenes somos los elementos más enérgicos y promisorios de nuestra sociedad, porque nos caracteriza la inquietud y la búsqueda de lo nuevo, así como el vigor, la vitalidad, la capacidad de enfrentar nuevos desafíos y de impartir calor y entusiasmo a quienes encontramos, tal vez todavía en mayor medida que a otras generaciones.

Para eso es indispensable que nazca una conciencia generacional. EL 12 de agosto fue proclamado por Naciones Unidas el Día internacional de la Juventud como medio para reflexionar sobre los desafíos que afectan a la jóvenes en el mundo. Es oportuno formular un análisis exhaustivo sobre los avances de la juventud en el mundo y sobre la oportunidad de visibilizar con mayor fuerza los aportes de la misma desde la mirada de los propios jóvenes, una mirada a través de nuevos lentes para este mundo tan diverso.

La juventud va madurando en la medida que sus acciones saludables contribuyen a una ciudadanía libre de prejuicios y a una sociedad más inclusiva, justa y armoniosa. Podemos afirmar con toda seguridad: las nuevas generaciones van respondiendo a los desafíos globales. ¿Cómo poder construir a partir de la diversidad? ¿Cómo identificar soluciones donde existen desafíos? ¿Cómo fortalecer la creatividad a la hora de emprender y la capacidad de tomar de decisiones responsables?

Es a través de la construcción de una visión de un futuro deseado, es a través del espíritu de servicio que impulsa a generar acciones saludables, es la capacidad de construir, dialogar, crear, respetar, amar, cooperar, y dar soluciones viables.

Vemos cada vez mayor nivel de organización de parte de la juventud, mayor incremento en el espíritu de servicio – los jóvenes sienten que tienen la necesidad de contribuir a la creación de un mundo diferente con los ideales que los caracteriza y con el potencial innovador único de las nuevas generaciones.

 

Podemos apreciar que a lo largo de estos últimos 4 años se vivó una experiencia de “Aprendizaje en Acción” fortaleciendo los liderazgos constructivos de nuestra juventud.

El 2012 fue un año importante, ya que gracias a la voluntad y el compromiso de varias organizaciones juveniles se dio un claro ejemplo de que es posible forjar un colectivo juvenil responsable y comprometido con el desarrollo social de sus comunidades. Hemos logrado un empoderamiento juvenil e integración social a través de varias acciones y plataformas creadas por los mismos jóvenes, siendo ellos mismos los impulsores de las nuevas propuestas y nuevas miradas al mundo.

Mediante este proceso podemos regenerarnos y aportar a reconstruir el tejido social que garantiza la prosperidad humana y una sociedad basada en el ejercicio de la plena ciudadanía, el bienestar y el conocimiento.

Si podemos apreciar las diversas gestiones generadas por jóvenes, nos damos cuenta de que realmente existe madurez en la juventud, y es sin duda una madurez de crecimiento.

Esta es una nueva primavera, en la que nuestra renovada esperanza y nuestro liderazgo dedicado y desprendido, seguramente acelerarán el florecimiento de la humanidad.

La transformación de la sociedad, ciertamente, depende en gran medida de lo que hagamos los jóvenes para el mundo que heredamos. ( por: Patricia Chávez Zalles – Educadora, Activista Social – Fundación AEA)

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