Inseguridad y violencia, ejes de la campaña electoral en Venezuela

Caracas, Venezuela – El país es considerado uno de los 5 más violentos del mundo. Y tanto Nicolás Maduro como Henrique Capriles prometen bajar los índices de criminalidad.

En el inicio de la campaña presidencial de Venezuela, breve y fugaz por un lapso de 10 días cuando lo normal era de 3 meses, el tema de la violencia y la inseguridad marca la tendencia de los planes que ofrecen los dos candidatos principales, el oficialista Nicolás Maduro y el opositor Henrique Capriles Radonski para intentar cambiar la imagen de ser uno de los países más violentos del mundo.

 

 Para medirlo en las estadísticas, antes de la llegada al poder de Hugo Chávez en 1998, la cifra de homicidios era de 4.500 al año.

Pero 14 años después se elevó a más de 20.000 asesinatos en 2012. De acuerdo a cifras de la ONU y de la OEA, Venezuela se ubica entre el quinto y el segundo país más violento del mundo, con entre 56 ó 60 homicidios por cada 100.000 habitantes. Fuentes policiales aseguran que Chávez tuvo que pactar con sectores ilegales para poder mantenerse en el poder. Pero después esos sectores llegaron a tener tanto poder que el gobierno perdió el control sobre ellos. Y de ahí se explica que en sus 14 años en el gobierno, Chávez jamás los atacó y permitió que la escalada de crímenes llegara a los niveles extremos de hoy.

En estos 14 años, el gobierno chavista ha anunciado 19 planes de seguridad, todos fracasados, dice Carlos Vecchio del movimiento Voluntad Popular que dirige el opositor Leopoldo López. “En los 100 días de gobierno interino de Maduro han ocurrido más de 4.000 asesinatos y las cifras negras no parecen bajar sino aumentar. La morgue de Caracas ha colapsado”, agrega.

Nicolás Maduro, de 50 años, ex canciller y ex vicepresidente en la era de Chávez, lleva el tema de la inseguridad en primer lugar. Los sectores populares chavistas son los primeros que han sufrido en carne propia los embates de los delincuentes, pero su candidato oficialista no garantiza que la situación cambie ni mejore, teniendo todo el poder en sus manos.

A diferencia de Chávez, Maduro viene hablando de la inseguridad desde hace unas semanas. El lunes recorrió las nuevas instalaciones de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES), donde se forman funcionarios policiales. Ahí, el ministro del Interior, Néstor Reverol, reveló que en 2013 ya se cometieron 3.400 homicidios.

Maduro denunció “el festín de la muerte” que difunden los medios de comunicación, aseguró que será el presidente “de la paz” y culpó al “capitalismo” por la inseguridad: “La raíz de la violencia son los valores del consumismo. Es el capitalismo, ¿quién más sembró el tráfico de armas?”.

Capriles también se muestra preocupado por el tema de la inseguridad, al punto que un día antes del inicio de su campaña convocó a una caminata nocturna a las 7.30 de la noche en la zona de Chacao hasta la Plaza Brión de Chacaíto para pedir que las calles sean de la gente y no de los delincuentes. Su promesa es que si gana las elecciones, los venezolanos podrán volver a caminar y dormir tranquilos.

La Asociación Civil Paz Activa presentó ayer un proyecto de Ley de “Reparación de Daños a las Víctimas del Homicidio y el Secuestro” y expresó su preocupación por “los dos delitos de mayor gravedad”.

“El objetivo es establecer un conjunto de disposiciones judiciales y administrativas, al igual que medidas de corte social, económico, individual y colectivo en beneficio de las víctimas del delito de homicidio y secuestro”, señaló el sociólogo Luis Cedeño, director ejecutivo de la ONG.

“Los números oficiales hablan de unos 1.100 secuestros. Según estudios, puede estimarse que son tres o cuatro veces mayores. Las víctimas no denuncian por temor a represalias”, dijo Cedeño.

En estos comicios presidenciales, las primeras en 60 años que se realizan con apenas diez días de campaña, los sondeos le dan una ventaja a Maduro de entre 7 y 22 puntos por encima del opositor Capriles. Ramón Guillermo Aveledo, jefe del comando de Capriles, asegura que el candidato opositor “no tiene dinero para pagar encuestas”, pero lo que “podemos asegurar es que Maduro está bajando de su pedestal y se está desinflando”, dice a Clarín.

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