Asimismo, unos 200 heridos han sido trasladados a los centros hospitalarios Universitario, del Ejército, de la Caridad y la Casa de la Salud, algunos de ellos en estado muy grave. En este momento los trabajadores de emergencias continúan con las labores de rescate de cuerpos bajo los escombros. Según los bomberos, el local ha quedado totalmente destruido y corre riesgo de derrumbe.
Según narran diferentes medios brasileños, la tragedia habría comenzado sobre las 2.30, cuando el vocalista de la banda que tocaba encendió una bengala en el escenario. La deflagración habría alcanzado el techo de la discoteca prendiendo rápidamente la espuma de aislamiento acústico. A partir de ese momento comenzó a extenderse el fuego y una humareda altamente tóxica provocó el pánico generalizado dentro del local.
A la imagen y semejanza de la tragedia del Madrid Arena, las avalanchas de jóvenes intentando salir desesperadamente de la discoteca, con aforo para 2.000 personas, habrían creado una situación caótica. Según las primeras informaciones, la mayoría de los fallecidos presentan síntomas de asfixia e intoxicación. “La espuma de aislamiento genera un humo altamente tóxico”, explicó el coronel Guido de Melo, comandante general de los bomberos que trabajan en el lugar de los hechos.
Aun se desconoce el número de personas que se encontraban en el interior de la discoteca en el momento del incendio, aunque parece improbable que superasen el aforo permitido. El gobernador de Río Grande do Sul, Tarso Genro, se dirige a la localidad de Santa María, de 262.000 habitantes. (elpaís)