“Todos los ministros hemos presentado nuestras cartas de renuncia al presidente Humala”, dijo el renunciante ministro de Salud, Alberto Tejada, al salir de un encuentro entre los integrantes del equipo ministerial con el primer ministro Oscar Valdés.
Los últimos días, analistas y allegados al gobierno especulaban que el presidente Humala pretendía un recambio de hombres a fin de darle mayor oxígeno al equipo ministerial, en especial con un nuevo primer ministro, pues Valdés era cuestionado por su gestión de los conflictos sociales en el país.
Las protestas y en especial los conflictos mineros en Perú han sido una piedra en el zapato para el gobierno de Humala, con manifestaciones populares que han dejado 17 muertos en un año.
Interrogado sobre las modificaciones en su equipo de gobierno, Humala dijo la semana pasada que los cambios se harían “en el momento adecuado, ni antes ni después”. El mandatario cumple el sábado 28 el primer año de una gestión que culmina en 2016.
Se trata del tercer cambio de gabinete en un año, una situación inédita en el país en los gobiernos de las últimas décadas.
Tejada evitó señalar quien ocupará el cargo que dejará Valdés y se limitó a indicar que “el presidente decidirá quienes continuarán en el gabinete”.
El nuevo gabinete ministerial juramentará este lunes a las 18H00 locales (23H00 GMT) en el palacio de gobierno, dijo el funcionario.
En la baraja de posibles sucesores de Valdés, la prensa limeña menciona a por lo menos a dos ministros de entre los salientes: el de Justicia, Juan Jiménez; y el del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal. Tambièn se señala al presidente regional de Moquegua, Martín Vizcarra.
El saliente primer ministro Valdés, exmilitar del Ejército igual que Humala, dirigió el segundo gabinete en el gobierno. Su gestión se inició el 11 de diciembre del año pasado al suceder en el cargo a Salomón Lerner Ghitis.
Para controlar las protestas, uno de los mayores desafíos que enfrenta el gobierno, Humala decretó tres veces el estado de excepción en distintas ciudades del país, fundamentalmente por conflictos vinculados a la minería.
La imagen de Humala sufrió los embates de este asunto, pues su desaprobación alcanzó el 51% en julio, su nivel más alto desde que juró el 28 de julio de 2011, según un sondeo de Ipsos Apoyo realizado entre 1.200 personas.
Asimismo, se cuestiona al gobierno su falta de iniciativa para llevar adelante cambios reales y estructurales en el país.
El gobierno de Humala “desaprovechó sus primeros 12 meses de gestión sin reformas estructurales que son necesarias en Perú, especialmente en el campo de la salud y la educación. Tampoco hubo ninguna reforma del Estado y ningún programa agresivo de infraestructura a nivel nacional”, dijo días atrás el economista Jorge González Izquierdo en diálogo con AFP.