Seguridad de Obama está formada por tontos, dice colombiana (video)

BOGOTA — La mujer que dice ser la prostituta vinculada en Colombia a un escándalo con el Servicio Secreto de Estados Unidos aseguró que los agentes son unos tontos al permitir que el escándalo ocurriera y porque si hubiera tratado de obtener algún tipo de información sensible, la pudo haber obtenido.

Dania Londoño Suárez, que habló desde una localidad no revelada con la radio de Bogotá La W y la televisora colombiana Caracol, dijo además que de haber sabido que el hombre con el que estuvo era un agente del Servicio Secreto, jamás hubiera llamado a la policía porque surgió un escándalo que acabó con su vida personal.
Londoño apareció sentada con el logo de la radio detrás suyo y narró lo ocurrido la noche del 12 de abril, cuando un hombre blanco bien parecido se le acercó en un bar.
Horas después, se fueron a un hotel y pasaron juntos la noche en Cartagena, balneario del Caribe colombiano donde a mediados de abril se desarrolló la Cumbre de las Américas con más de 30 presidentes, entre ellos el estadounidense Barack Obama.
Pasadas las seis de la mañana, Londoño despertó y antes de partir le reclamó al hombre una retribución de 800 dólares. El se negó a pagarlos y se encerró en su habitación, añadió la mujer, una madre soltera con un hijo de nueve años y quien dijo se dedicó a ser “dama de compañía” para ofrecerle a su hijo buenas escuelas y tener una empleada de limpieza en la casa en Cartagena, 650 kilómetros al norte de Bogotá.
Un policía que estaba en el pasillo del hotel se enteró de la exigencia de Londoño del pago y entonces llamó la atención de la seguridad del recinto. Según Londoño, no hubo escándalo, pero después entre otros agentes del Servicio Secreto reunieron 250 dólares, que ella recibió y se fue a su casa.
Recordó que lo único que todos atinaron a decir antes de entregarle esa suma fue “no, la policía no, la policía no”.
El 13 de abril por la noche ya medios como The Associated Press reportaban que agentes del Servicio Secreto habían sido devueltos de Cartagena a Estados Unidos por conductas inadecuadas que involucrarían a prostitutas. Las autoridades colombianas dijeron que era un caso que correspondía a Washington y nunca emitieron pronunciamientos al respecto.
Londoño aseguró que ella sólo estuvo con otra amiga que se fue con otro agente al hotel y no sabía si otras mujeres llegaron por separado. Pero sí mencionó que eran unos 10 u 11 agentes que bebían copiosamente en el mismo bar donde estaba.
“Estaban borrachos, compraban alcohol como comprando agua”, dijo la mujer.
Al surgir el escándalo en los medios de comunicación, Londoño se dio cuenta de la dimensión del caso, su residencia se llenó de periodistas y decidió viajar hacia el emirato de Dubai, donde tiene un amigo, según contó.
Dijo que ninguna autoridad estadounidense le contactó.
Y al ser preguntada si ahora cree que la seguridad del mandatario estuvo comprometida, Londoño respondió: “Claro”.
En caso de que “yo hubiese querido o hubiese sido de alguna banda terrorista de estas, obvio que sí hubiera podido sacar todo (tipo de información) porque así como dicen en los periódicos, o sea los puse en jaque y son unos bobos”.
“Siendo ellos de la seguridad de Obama y dejan que pase todo esto. Cuando yo le dije ‘voy a llamar a la policía para que me paguen mi dinero’, y ellos les importó (nada), no vieron la magnitud del problema… cuando ellos estaban cuidando a Obama. Así como yo hice eso, he podido hacer mil cosas”, aseguró.
También le preguntaron si en caso de quererlo hubiera podido buscar en la habitación papeles u otras cosas: “Total. Sí lo hubiese hecho”, dijo.
“El hombre durmió toda la noche”, narró la mujer. De quererlo “le hubiese revisado todos sus documentos, su billetera, su maleta, le hubiese hasta hecho 1.000 preguntas”.
Dijo que no sabe si regresará a Colombia, que su madre y dos hermanos están pasándola mal al descubrirse públicamente a qué se dedicaba y que su hijo aún no sabe nada porque el padre lo protege evitando que escuche o vea las noticias.
Comentó que el agente estadounidense no estaba armado porque cuando bailaron en el local ella le tocaba y él se subía la camisa para mostrar su torso y no se veía nada. Dijo que no le cobró anticipadamente porque se confió, ya que él le daba billetes de 50.000 pesos (unos 29 dólares) para comprar goma de mascar o preservativos.
Según Londoño, su abogado es Abelardo De la Espriella, quien en Colombia ha defendido a muchos políticos que fueron procesados y condenados por sus nexos con las bandas paramilitares.
De la Espriella explicó que dialogó con Londoño vía telefónica “y vamos a ver cómo le podemos ayudar”, aunque advirtió que en principio no ve que haya habido alguna infracción de tipo penal en el incidente de Cartagena.
La mujer, por ahora, dijo que no volverá a salir con un hombre por dinero.
“Ya esto me dejó a mí como curada… o sea no lo pienso volver a hacer. O sea, esto ya murió en mi vida, ya la dañaron… no lo haría más”, dijo Londoño. (yahoo)

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