Todos conocemos su vida de lucha y su sacrificio que finalmente condujo al triunfo de la igualdad en el país del Arcoíris. De lo que menos se sabe es la relación de mutua inspiración entre los movimientos libertarios de América Latina y el Madiba.
Pocos sabemos que en la ciudad sudafricana de Pretoria, en las placas de mármol del Nelson Mandela Memorial junto a los nombres de los 95 mil héroes que dieron su vida por la libertad del continente africano encontraremos los de unos 2017 cubanos también que apoyaron de manera directa la liberación del continente.
Cuando en 1962 Mandela cae preso, el mundo hesitaba en condenar el régimen del apartheid, el silencio vergonzoso fue quebrado por una pequeña isla del Caribe, Cuba, que acababa de romper el yugo de la opresión impuesto por Batista.
A pesar de las duras críticas que tenía que enfrentar el socialismo cubano, Mandela siempre habló de la Revolución Cubana como fuente de inspiración para todos aquéllos que anhelaban la libertad y la igualdad en la época poscolonial. Sin duda el joven Madiba contemplaba con admiración la liberación y a los mismos libertarios barbudos de la perla del Caribe, que pusieron en su-bandera la causa de los pueblos oprimidos de África también.
Cabe recordar que a diferencia de las superpotencias europeas Cuba no dudó en apoyar los movimientos de liberación de África y por lo tanto la lucha contra el apartheid en el continente.
A partir de 1975 Cuba envió más de 300 000 tropas en apoyo al Movimiento Popular de Liberación de Angola (MLPA) de Eduardo dos Santos y la Organización Popular de África del Sudoeste (SWAPO) ambos enfrentados a las tropas de la Sudáfrica segregacionista al mando del general Deon Ferreira y los hombres armados de la conservadora Unión Nacional para la Independencia Total de Angola.
La intervención cubana llevó a una importante derrota de las fuerzas armadas de Sudáfrica (SADF) en la batalla de Cuito Cuanavale en 1988.
Tras el triunfo de los cubanos y la MLPA sobre la SADF en Cuito Cuanavale se tambaleó el régimen del apartheid en Sudáfrica y se vio obligado a sentarse a la mesa de negociaciones con el Congreso Nacional Africano lo que más adelante llevaría a liberación de Nelson Mandela.
Mandela nunca olvidó lo que Cuba hizo por Sudáfrica y por el movimiento de liberación africano y en 1994, tras su elección como presidente Cuba fue uno de los primeros países con los que Johannesburgo normalizó sus relaciones diplomáticas.
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Madiba fue recibido por cientos de miles de cubanos que inundaron las calles de La Habana para rendir homenaje a la persona que simbolizaba la lucha contra la opresión y el colonialismo.
”Es difícil describir con palabras lo que Fidel Castro y Cuba ha hecho por nosotros. La isla nunca dudó en apoyar nuestra lucha contra el apartheid y ahora que estamos libres numerosos médicos cubanos trabajan en Sudafrica”- dijo Mandela cuando visito Cuba en 1991, poco después de su puesta en libertad.
En aquella ocasión el líder sudafricano aprovechó seguir su viaje en Latinoamérica para visitar a países que al igual que su patria, recientemente había salido bajo el dominio de sofocantes regímenes autoritarios como Chile, Perú, Brasil, o Argentina.
Más tarde cuando Fidel devolvió la visita a Mandela, este otorgó al mandatario cubano el Orden de Buena Esperanza – la condecoración de más alto nivel de Sudáfrica para ciudadanos extranjeros.
Tras la muerte de Nelson Mandela se pronunciaron los líderes de casi todos los países latinoamericanos sumándose a un legado político de reconciliación unidad y integración que nos dejó el Madiba, quién ya en su vida había obtenido un lugar prominente en el panteón de los héroes de la libertad y la igualdad entre personajes de tal grandeza humana como Mahatma Gandhi o Martin Luther King.