Las autoridades argentinas prefieren una cuarta central con la tecnología canadiense con la tecnología canadiense Candu (Canadian Deuterium Uranium), pero como el país del norte demora el acuerdo, Buenos Aires comenzó entonces negociaciones para una central de uranio enriquecido con China, Rusia, Estados Unidos, Francia y Surcorea.
Los primeros contactos en esa dirección los inició el ministro de Planificación, Julio De Vido, en la Cumbre sobre Seguridad Nuclear que se organizó en Washington, en abril de 2010.
El objetivo del gobierno es elevar el porcentaje atómico en la generación energética hasta el 18 por ciento para contar con una fuente de base estable, que no genere emisiones de dióxido de carbono y ayude al mismo tiempo a disminuir las importaciones de combustibles, señala Página 12.
Lo más conveniente para Argentina -indica el diario- es construir una cuarta central Candu porque maneja la tecnología, tiene una planta de agua pesada en Neuquén y, si bien importa el uranio, controla el proceso de fabricación de los elementos combustibles.
Eso le permitiría elevar a cerca del 50 por ciento el porcentaje de integración nacional de la planta y abaratar la obra. No obstante, en el Gobierno siempre tuvieron claro que el desarrollo del plan nuclear no puede depender de la voluntad de Canadá, observa la publicación.
Por eso surgió la idea de seguir negociando con los canadienses, pero al mismo tiempo darle forma al proyecto para la construcción de otra central con uranio enriquecido, tecnología que tiene una serie de ventajas, pero en la que Argentina no se especializa, lo cual incrementará los costos.
De Vido adelantó que las primeras licitaciones serán antes de fin de año, pero todo depende de cuándo se ponga finalmente en funcionamiento Atucha II porque, antes de avanzar con una cuarta central.
La presidenta Cristina Fernández quiere que la tercera, primero, esté generando energía al Sistema Interconectado Nacional.(prensa latina)